Tanto el nombre de este blog, como de la página de facebook, se deben a votación popular. El día de la inauguración os conté los motivos de estar presente en las redes. Deseo que os gusten:
QUIÉN SOY
«Hola Amigos!! Esta vez sí; haced acopio de palomitas porque el momento merece que rompa mi costumbre de ser breve ;-). Para los más cuerdos recomiendo que leáis esto por partes o cuando queráis conciliar el sueño :-). He tratado de plasmar los motivos que me han traído junto a vosotros. El porqué un policía de esta ciudad se decide a crear un blog personal. Discernir qué parte de esos motivos se debe a mi carácter innato, y me puede servir de disculpa, y que otra parte le debo a las experiencias vividas como policía en estos 17 años (Alfaro 1995; Nájera 1998; Logroño 1999).
Me crié en un barrio de Bilbao. Dentro de la panda que formábamos, y las trastadas que podíamos hacer (colarnos en el tren y esquivar al revisor; llevar navaja como las bandas de la época; asaltar a los repartidores de gaseosas y naranjadas; etc.), yo era el niño menos pieza del grupo. Si había que ponerse gallito y defender a alguno de mis amigos –siempre que los otros no fueran mucho mayores-, ahí estaba yo. Hasta que un día, con unos 9 años, otro chico un poco más mayor me partió el labio con toda la razón del mundo. Recuerdo aquello como una lección; en el que la fuerza sólo está de tu parte cuando los motivos por los que luchas o te defiendes son justos y razonables. La última vez que me untaron el morro fue ya en Logroño. Tenía 11 y el otro chico con 13 me pasaba una cabeza. Más de lo mismo. Parece ser que de alguna forma aquellos puñetazos sufridos surtieron efecto.
Después de pasar por los citados ayuntamientos he visto que hay cosas que son fácilmente mejorables, y que si no lo hacemos es por pura inoperancia, vagancia o falta de ambición. Cuando echamos la culpa a otros, a los de arriba o al sistema, son tan sólo excusas. Cada uno de nosotros somos ese sistema. Cada codo ayuda y cada grano suma.
Echando la vista doce años atrás, cuando aprobé la oposición en Logroño, veo en mí algunas iniciativas y errores cometidos; todos ellos convertidos en buenas experiencias con el paso del tiempo.
Sé que en alguna ocasión he obrado con falta de tacto hacia ciertos compañeros y jefes. Aunque no fuera con mala intención y pudieran ser merecedores de mis palabras o letras, lo siento. Al igual que cuando tenía nueve años, seguía con mi tendencia a sacar la cara por los demás; a posicionarme junto al compañero al que le habían hecho algo injusto; a escribir artículos y salir en los medios –en una breve etapa preconstitutita de un sindicato-, que luego me fueron pasando factura en forma de absurdos expedientes y “castigos”. Incluido el retirarme en el 2001 de la Sección Nocturna para destinarme tres años al barrio de Villegas antes de que abriesen la Comisaría, por un curso que en esa ocasión no puntuaron y que años sucesivos sí lo hicieron. Y es que saltarse la legalidad es muy fácil cuando nadie corre con las responsabilidades. Recuerdo gratamente aquella época porque fueron buenas prácticas en aquel barrio.
Pensaba erróneamente que nuestros males provenían de la mala gestión de algún político o de alguno de nuestros mandos policiales. Con el tiempo me fui dando cuenta de que las personas somos en buen número de ocasiones expertos en detectar la paja en el ojo ajeno; en quejarnos solamente cuando algo nos afecta personalmente; y expertos también en delegar los marrones en otros.
Dejé hace tiempo de luchar por la pasta dentro del colectivo. Cobrar un poco más o mucho más, no me hará venir más feliz a trabajar si hay ciertas conductas que no cambian. El dinero es importante; pero no lo es más que la ética. Vivimos tiempos en España en los que resulta ridículo pronunciar las palabras Honor y Principios Morales.
Lo peor que he pasado como policía local durante estos doce años ha sido observar cómo día tras día los vehículos particulares de algunos “compañeros” estaban indebidamente estacionados sobre la acera y el parque de San Gregorio, sin que nadie pusiera fin y orden en aquello. Me he enfrentado con algunos compañeros, lo he pedido a los mandos que debía, he polemizado por la emisora….y nada. Llevo varios años en los que mi mente no puede asociar como un deber interponer una denuncia de tráfico por mal estacionamiento. Siento vergüenza propia y mi cabeza se bloquea.
Afortunadamente esta situación va cambiando para mí poco a poco desde la creación de una reserva de espacio, frente a nuestra Comisaría, para los policías y los ciudadanos que acuden a ella. Ya “no suele” haber vehículos particulares mal estacionados. Ahora sólo queda cambiar definitivamente nuestra forma de pensar.
Amigo y compañero Ignacio de Alfaro, no puedes imaginarte cuantas veces y que gratamente he recordado la bronca que me echaste la tarde que dejé mi coche “un momento” en el reservado de protección civil, junto a la plaza de España –sí, ese que siempre estaba libre porque se denunciaba habitualmente-, y os esperaba en las dependencias para saludaros; entraste echando pestes y yo salí de ahí jurando que no volvería jamás a haceros una visita, jajaja :-). Ojala hubiese diez como tú en Logroño. El tiempo que te reste hasta que te jubiles quiero que sepas que eres un buen hombre y un muy buen policía. Y te lo dice alguien que ha pasado por tres municipios.
Recuerdo hace casi cinco años, cuando la Comisaría de Policía Local apareció sembrada de panfletos anónimos por todas y cada una de las dependencias de las seis plantas. El personaje autor creyó encontrar la fórmula para desprestigiar mi persona ante todos los compañeros. No fueron sólo varios cientos de fotocopias difundidas una sola noche. Fueron varias las noches; incluso habían introducido uno de esos panfletos en el tablón de anuncios de la Jefatura; y ahí se podía leer cada vez que entrábamos al relevo. Un día un compañero fue al despacho de uno de los jefes y se lo dijo, “pues parece que a Eduardo no le importa mucho”, le respondió. Y así era; mi vergüenza era bastante menor que la vergüenza que les debiera de haber dado a quienes consintieron aquello sin mover un solo dedo o hacer algunas preguntas. Mi conciencia estaba tranquila; y nuestros actos u omisiones hablan por nosotros. Me llevé una decepción de mi Jefatura. Para hacer aquello se necesitaba el compadreo de un sector afortunadamente disociado de nuestra policía. Y el jefecillo autor de aquellos hechos se destaparía meses más tarde él solito, debido a su estupidez y torpeza. Era muy dado –supongo que lo seguirá siendo en su actual despacho-, a escribir himnos de España, súbitos e inocuos informes contra los compañeros que no eran de su simpatía, y otras lindeces, en vez de salir a patrullar las calles y supervisar las zonas que era para lo que se le pagaba. Pero lamentablemente existen incompetentes cuya única labor de atar la burra donde les manda el amo, les hace útiles y necesarios. Eso, y que luego tienen mucho Pico para venderse.
Podría contar más casos sobre lo mismo, que ahora sonrío al recordar. No entiendo como una persona no se da cuenta que se pierde a sí misma cuando actúa de mala fe. Que el Honor y la Dignidad no nos lo arrebata nadie salvo nosotros mismos. No siento rencor sino lástima por alguno de ellos. Con la que cae cada día por el mundo, y algún despistado/a no tiene nada mejor que hacer o aportar.
Personalmente me resulta agotador escuchar a menudo chascarrillos por los pasillos referidos a unos u otros. Y para no incurrir en lo mismo me he comido con patatas un hecho grave que sufrí en octubre de 2010; y que me ha hecho pasar un mal año en lo profesional, hasta septiembre de 2011, con una Resolución de Suspensión de Empleo y Sueldo de 5 días, como responsable de una Falta disciplinaria Grave. Posiblemente mi carácter no sea de coger bajas psicológicas ante puteos e injusticias laborales. Cada uno sabe lo que ve ante su espejo cada mañana. Y gracias a este tipo de “iniciativa” de alguno de mis jefes, son un motivo más por el que estoy aquí. Lo bueno de las collejas y puñaladas por la espalda es, que mucho o poco, te empujan hacia delante. Así que gracias. Esta WEBlog-facebook-twiter (increíble “aprendizaje” en sólo tres meses, jejeje) me ayuda a sentir que el trabajo por el que recibo una compensación económica, está por encima del comportamiento de ciertos jefes y/o políticos. Es una forma de recordarme que el trabajo policial, mi trabajo, es por y para vosotros; y que es UN SERVICIO PÚBLICO que debe estar por encima de cualquier mal gestor que se interponga en el camino.
Cuando empecé a narraros las primeras batallitas en el facebook algunos escribisteis sobre la buena labor que hace la policía, y lo duro y vocacional que debe ser este trabajo. Seguro que habrá trabajos más cómodos; pero éste no es más duro que otros sometidos a pésimos horarios, condiciones laborables, sueldo, ingratitud, etc.
En mi caso os diré que no fue por vocación. Jamás pensé en ello. Ni siquiera cuando una noche me reía junto con mis amigos, porque el policía local que estaba fuera de un pub de la calle Fundición, se acababa de llevar con la grúa municipal mi coche que aguardaba en doble fila, «mira, ese va a tener peor suerte que tú; le hemos puesto 16.000 pesetas y cuando vuelva la grúa nos lo llevaremos«. Yo no sabía cómo iba eso; pero le debimos hacer gracia al ahora mi anónimo compañero, porque la denuncia nunca me llegó. Tenía 18 años. Cuatro años después tuve la gran suerte de suspender la oposición en Logroño, y conocer como policía local interino el municipio riojano de Alfaro. Todavía sigo pensando que el funcionamiento de ese Ayuntamiento -gracias a la ética y profesionalidad de los funcionarios que componen sus distintos departamentos-, es un ejemplo a seguir.
Cuando algunas personas ven cómo su aportación al sistema o a su trabajo resulta estéril, se frustran. Ese sentimiento de frustración puede mantenerse más o menos en el tiempo; e incluso se llega a controlar para que la mente viva del presente, y se alimente de las pequeñas cosas del día a día. Buscan su remedio para tirar para adelante tratando de no caer en la desgana.
Ocurre con frecuencia que las personas desisten y abandonan; perdiendo la motivación que en su día tuvieron. O que aquellas que ya accedieron a esta profesión muy justitos de pilas, jamás encuentren la motivación suficiente para aportar nada nuevo….Es duro luchar contracorriente.
Digo y diré, que por muchas pequeñas rencillas y malas costumbres que se han adquirido, todo se volatiliza cuando surge un momento de tensión. Lo mejor de esos días y noches en los que el trabajo o alguna situación te desborda, es actuar con la emisora pegada a la oreja comprobando como la plantilla trabaja unida eficazmente engranada por encima de malestares personales. Sé que no es bueno que haya días como esos; pero debo ser franco y deciros que me encantan ese tipo de situaciones en las que cada uno extrae y aporta lo mejor que lleva dentro. Recuerdo especialmente una mañana invernal hace años, en la que patrullaba a pie las calles heladas del barrio de Villegas. Un camión se cruzó en la circunvalación ocasionando peligro de colisión para todo el tráfico que llegaba. Aquello me quedó grabado. Disfruté escuchando las voces de unos compañeros que momentos antes ni se hablaban. La adversidad nos une a todas las personas, tanto o más que la distancia.
Cuando convocatoria tras convocatoria se demuestra que no son muchos los aspirantes que quieren ser policías locales, he pensado que sin duda falta mucha información sobre este trabajo y las numerosas intervenciones que se llevan a cabo cada día.
Será mi intención desde aquí trasmitiros, tanto a padres como a los más jóvenes, que el trabajo de policía local es uno de los más bonitos y gratificantes que pueda haber. Te enseña –como en otros aspectos de la vida-, a estar a las duras y a las maduras. Lo pestoso que pueda resultar en ocasiones se compensa, además de con el sueldo, con la gratitud de las personas a las que atiendes. Con muy poco que ponemos, es mucho lo que recibimos. No hace falta que pregunte al resto de compañeros para saber que piensan igual. Y estoy absolutamente convencido que todas nuestras mejores experiencias al servicio de la ciudad vienen encaminadas por este sentido.
Así pues, quiero deciros y reconocer que si estoy en las Redes Sociales como policía es gracias a vosotros. Son muchos los días y momentos en los que me he sentido abrumado por vuestros comentarios y megustas. A veces me parece un sueño que tantas personas nos podamos comunicar sin conocernos. A mediados de enero solicité la ayuda a un Amigo del facebook; al día siguiente me llamó por teléfono. Le hablé de los años que llevamos anclados en este triste y absurdo panorama perruno, y de la necesidad de legislar. De avanzar. Todavía no tengo el gusto de conocer personalmente a este Diputado, y tampoco sé si desde su parcela él podrá aportar su granito de arena; pero tras nuestra conversación me envió este mensaje, que junto al calor que recibo de vosotros a diario me gusta recordar:
“…Un abrazo y a seguir con tus iniciativas. Algo bueno saldrá de ellas. A veces la sensibilización de las personas es hasta más importante que la legislación. Las dos cosas lo ideal. ¡A por ambas!”
No existen suficientes palabras de agradecimiento para devolveros todo el cariño y las fuerzas que me habéis hecho sentir desde que en octubre del pasado 2011 decidiera lanzarme a unas Redes hasta entonces desconocidas para mí. Me planteo que sólo soy una gota en el océano, que no entiende cómo puede haber captado vuestra atención; pero os puedo asegurar que habéis logrado abducirme. Siento una mezcla de asombro, perplejidad e incertidumbre cuando pienso en la de cosas que podemos mejorar y hacer juntos si colaboramos unos con otros.
La vida puede ser retorcidamente cruel y maravillosa al mismo tiempo. Un cazador se deshizo de un perro. Ese perro es un experto cazador de pluma, Almas y Corazones. Fue el impulso necesario para decir Basta Ya a los doce años que aun conociendo la tercermundista cifra de 50 perros que quemamos cada semana, entraba y salía de la perrera a resetear la alarma cerrando los ojos de pura pena sin hacer nada. Se lo dije a mi Amiga Patricia; ella lo entendió porque sufre en lo profundo de su ser el desamparo de la administración desde que con nueve años de edad un conductor suicida decidiera jugar con su vida. Tal vez la clave sea preguntarse cuántas cosas nos preocupan de nosotros mismos y cuántas de los demás.
Leí recientemente esta frase en el twiter y la relancé: «El primer secreto para progresar es empezar por algún lugar.» Mark Twain.
Decidme, por favor, qué os parece a vosotros…»
(31 enero 2012 19:42 pm)
OBJETIVOS:
Aportar un grano de arena con el propósito de mejorar aquellas cosas que tienen vinculación con la labor policial, y el servicio que se ofrece a la comunidad y a los ciudadanos de la que somos parte:
– Entregar perros a la perrera sabiendo que los llevas a matar (según la estadística, en La Rioja/Logroño matamos 50 por semana).
– Estacionamientos reservados y accesibilidad de personas discapacitadas.
– Mejoras del servicio policial.
– Problemas frecuentes pocas veces filtrados a la opinión pública desde una visión interna.
– Trasmitir.
– Luchar con acciones y palabras contra quienes dicen que «no se puede».
– Resultar productivo para mi país (esto suena muy patriota, que en España estamos desacostumbrados), etc.
Vamos, lo normal.
CAUSA PRINCIPAL:
España debe cambiar y dejar de matar perros por una falta de regulación eficaz. Ese dinero público empleado debe servir para prevenir.
Os agradezco la confianza y el apoyo a quienes ya os habéis unido:
www.teaming.net/reddeproteccioncanina/invite
Con 1€/mes eres partícipe de los cambios que queremos promover en la legislación.
El proyecto www.redproteccioncanina.org es una perspectiva de actuación paralela a www.applarioja.org (leed Nota de pag. facebook)
Promuevo ambas asociaciones garantizando un funcionamiento ejemplar. Anímate y participa.
No se necesita ser «amante» de los perros para creer que no deben ser matados por capricho humano. Se necesita Sentido Común. En esta Crónica os confesé buena parte de mis motivos: Estimado amigo Carlos Iglesias
Se parte de la solución y ÚNETE!! :))