Con tanta demagogia se rehuye ser claro, pero la estadística no es racista.
A la salida de cierta discoteca, y retorno hacia sus casas, son frecuentes las peleas.
Está vez con arma blanca.
A ver si poco a poco las denuncias por Alteración del Orden Público (Ley 1/92) a todos los implicados va «educando» y haciendo mella. Porque ciertas culturas, muy de gallos, no originan más que problemas.