Noche del pasado martes. Ésta semana me está resultando entretenida. Siento decirlo. Entran llamadas; especialmente hasta medianoche.
El reloj del coche aún no marcaba las 23h, y para distintos puntos de la ciudad ya se requieren sendas ambulancias.
En portales con los muros un grupo de personas nos esperan. Entre ellas reconozco a un fotógrafo de prensa. Han observado a un varón de unos cincuenta, caer al suelo afectado notablemente por exceso de alcohol. No se trata de un indigente, ni de uno de los congregados habituales, escaparate de la ciudad y del referente juvenil -de cómo no deben acabar-, junto al Instituto Sagasta. Sigue leyendo →