Se acabaron las “presuntas” vacaciones. La noche lluviosa es ideal para estrenar pantalones. Las gotas no dejan cerco en el azul marino.
Siempre que deseas que algo no ocurra, ocurre. Será cosa del famoso Murphy. Hoy mi cuerpo no quería correr, pero la celeridad de algunas intervenciones dispara la adrenalina y el nervio actúa por instinto.
Comenzó la noche desagradable. Algunos compañeros del turno anterior salieron tarde debido al fallecimiento de una persona de edad avanzada en la vía pública. Descanse en paz.
Después la noche se animó tontamente como un domingo.