Los vecinos de un inmueble del Casco Antiguo están muy hartos, casi «quemados», por uno de sus vecinos. Este individuo, con amplio historial delictivo, ha ocasionado dos incendios en su domicilio en menos de un mes.
A los nervios de abandonar con prisa el edificio, se suma la rabia de no encontrar solución que acabe con el malestar que el citado vecino provoca: alojamiento de otros toxicómanos o delincuentes, que a veces acaba en peleas; ocultación de objetos robados, escalo por la fachada del inmueble y patios, etc.
Cuentan con indignación cómo hace unas semanas, en el anterior incendio, lo único que reparó el seguro de responsabilidad contratado por la Comunidad de Propietarios fue precisamente la vivienda del autor del incendio, que precisamente es el único vecino que no paga la cuota comunitaria. Y comentan que tuvieron que «pelear» con la compañía para que se hiciera cargo de la pintura en una parte de la escalera.