Anoche me escribió una persona que hace un mes trató de quitarse la vida. Sus planes de suicidio se fueron al traste gracias a un ciudadano que avisó a la policía. Lo leí en el periódico.
He pensado en él, pero todavía no le he respondido. No se trata de hipotecas dice, tal vez un asunto laboral. Está visitando a un psicólogo.
Le he puesto cara, y la decisión de su muerte no cuadra. Querer morir viendo las fotos de su familia, es aliciente suficiente para vivir.