Quizás un amante de los animales lo entendería; una persona a quien seguro le encantan esa clase de perros -Mote es uno de ellos-, y sin embargo no le gusta las razones, consecuencias o el momento de cuando estos bichos hacen la labor que les encanta.
Pensé en esto el otro día, cuando corría por la calle San Gregorio hacia el Herradero, y el coche patrulla de mis compañeros me pasó a 80 kilómetros por hora. Se me subió la adrenalina nada más verlos!!!!. Os cuento. Recien comenzada la noche se recibe la llamada de cooperación FUNDAMENTAL E IMPRESCINDIBLE de un conductor que circula por la calle Avenida de Navarra tras una furgoneta cuyo conductor podría estar ebrio. Dirección Puente de Piedra, dice. Automáticamente las patrullas vuelan. Se trata de evitar un posible daño irreparable, además de nuestro deber de perseguir el Delito. A través de la emisora los patrulleros cantan su posición al resto. Y le piden a la Central que recupere la llamada. «Que te diga por donde van«. Pero antes de recibir la respuesta, la patrulla que se apresuraba por la calle San Gregorio, sube a la rotonda del Herradero, y descarta, -Si un compañero está a pie allí; por aquí no se le ve, habrá tirado hacia Capitán Gaona y madre de Dios, pensarían-. Cambian dirección y vuelven a incorporarse a la calle San Francisco. Todo rápido. Simple instinto. Inmediatamente después, el copiloto de esa patrulla habla. Ya tienen la furgoneta parada y a su conductor retenido, y solicitan la grúa para inmovilizar el vehículo y trasladar al conductor con síntomas claros de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, o sea, una buena castaña, a dependencias de la Policía Local para iniciar las diligencias. Lo han interceptado en la calle San Millán (ésta era muy difícil de adivinar!!!). En principio hay dudas de si el conductor tiene o no su permiso de conducción en vigor. Es un tiarron joven y grande, y está que no sabe cómo a llegado.
Cuando todavía trataban de interceptarlo, suena de nuevo la emisora. La Central pide un vehículo patrulla para atender otra llamada. Discusión en un domicilio. Posible agresión a la pareja. Así que uno de los patrullas deja la caza. Da media vuelta y se dirige a la nueva llamada. Y cómo los perros de caza; no es deseable que sucedan estas cosas. Pero es nuestro trabajo y disfrutamos atendiéndolas.
Y así esta semana, entran llamadas. Nos encanta!!!!! 16 noviembre 2011, a la(s) 2:40
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Megustas y comentarios anteriores al Blog (febrero de 2012):
A Abuelitos Especiales, Carlos Duet, Patricia Iturrioz López y 12 personas más les gusta esto.
Helena Riveiriño ME GUSTA VUESTRO ENFOQUE DEL TRABAJO. 16 noviembre 2011, a la(s) 10:18