La mañana ha cundido. Me he presentado cual embajador de un país desconocido -imposible de ubicar en el mapa ni con los satélites de la NASA-, llamando de puerta en puerta. Suerte que soy funcionario, y eso abre muchísimo las puertas a la hora de hablar entre compañeros. Aunque sean de distintas administraciones. El ser además policía, parece darme un puntito más de confianza hacia mis interlocutores. No soy de pasillos ni favores. Pero lo que pido no es para mí. La colaboración que busco es por la buena causa que me ocupa -también a muchos de vosotros-, en éste momento.
Como os he ido contando esta mañana en Directo (qué moderno eso del Twiter, jeje); mi primera visita fue a Intervención de Armas de la Guardia Civil. Aparentemente no guarda mucha relación; pero quería saber cómo se regula la herramienta de caza secundaria, o sea, la escopeta. El compañero me ha puesto papel y boli sobre el mostrador “apunta, que te voy diciendo lo que quieras”, jajaja. Chapó, así da gusto. Se han sorprendido cuando les he contado lo que ocurre cada noche en el C.A.M. (Centro de Acogida Municipal. Yo prefiero denominarlo con un nombre menos hipócrita: C.R.I.M., Centro de Recepción e Incineración Municipal). Y es que matar a unos 10 perros cada noche -porque ya no nos sirven o por culpa de nuestras negligencias-, resulta sorprendente para la mayoría de personas de una sociedad supuestamente civilizada.
La segunda visita fue en la Consejería de Medio Ambiente. Más de lo mismo; el Jefe del Área de Caza me atiende exquisitamente. “Tienes difícil conseguir lo que te propones”. Principal problema existente: NO HAY NADA. La Ley de caza no incluye a ese animal (el 90% más importante según los cazadores) como elemento imprescindible. No lo protege, por ejemplo, como animal subcontratado por el propio Gobierno para llevar a cabo las batidas. Lo que hay es escaso y ambiguo.
Le he pedido a mi interlocutor -aprovechando la cordialidad-, que hiciese de Abogado del Diablo. “Dígame por donde pueden venir los detractores”, le pregunto. “Por el momento se me ocurre devolverte la pregunta, ¿Y por qué no protegemos especialmente a las ovejas y no a los perros?«
Me he sentido aliviado al escuchar esa respuesta en forma de pregunta. Con argumentos así de nuestros posibles opositores, lo conseguiremos:
- «Cuando las ovejas salven vidas y caminen delante de convois militares detectando explosivos.
- Cuando sean ellas quienes primero se acerquen a detectar un coche bomba.
- Cuando guíen a invidentes por las calles.
- Cuando rescaten a personas de entre los escombros después de un terremoto; las vivas y las muertas (son capaces de hacer las dos cosas).
- Cuando ayuden a encontrar los cargamentos ocultos de droga.
- Cuando sean auto suficientes para pastar.
- Cuando acompañen ellas solas a las vacas y a los caballos a cualquier lugar del monte, para prevenir el ataque de depredadores y avisar al pastor de la posición de la manada.
- Cuando sirvan para custodiar edificios y fincas.
- Cuando sirvan como animales de defensa y ataque.
- Cuando el 112 las utilice para apretar el botón rojo en caso de que la persona “bajo su custodia” pierda el conocimiento.
- Cuando sirvan como una excepcional terapia a infinidad de personas que se sientan con ellas acompañadas.
- Cuando sepan detectar cuando su amo está enfermo o triste y le de cariño.
- Cuando sepan jugar como niños, con los niños y con los mayores.
- .…cuando sepan trasmitir todo lo que es capaz de trasmitir la naturaleza de un perro, entonces,…protejamos con una legislación especial a las ovejas«. Estaba clara la respuesta.
Lo lamentable es que, a día de hoy, las ovejas cuentan con más legislación que las regula y que las protege.
Continuará…….
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Megustas y Comentarios anteriores al inicio de este Blog, en febrero de 2012:
A Raquel Planchuelo, Iñigo Cerra, Mari Cruz Garcia Alonso y 31 personas más les gusta esto. 9 veces compartido
Laura Ochoa Chapó la contestación. 13 diciembre 2011, a la(s) 0:33
Un saludo,animo y adelante. 13 diciembre 2011, a la(s) 0:49